Parroquia Nuestra Madre del Dolor
La Eucaristía es el centro de la vida cristiana, el sacramento de sacramentos, y la plenitud de la iniciación cristiana.
Recibir la Primera Comunión significa entrar en la vida cristiana adulta, y participar como cristianos maduros y responsables en la vida de la Iglesia. Por eso la preparación debe ser más atenta y la participación más consciente.
La familia es la primera responsable de enseñar a rezar y practicar la fe. La catequesis parroquial es sólo una ayuda, aunque necesaria. No es lo mismo “clase de religión” que catequesis parroquial; la clase de religión ilustra contenidos, mientras que la catequesis parroquial inicia en la vida cristiana y en la comunidad.
La preparación a la Primera Comunión se realiza durante los tres años formativos de catequesis (1º, 2º y 3º curso) en instalaciones de la misma iglesia. Incluye tareas, celebraciones dominicales y reuniones de los padres de familia.
No queremos que se dé más importancia a lo social y externo de la Primera Comunión, sino al Misterio celebrado y al compromiso cristiano. Por eso, recordamos algunas de las “normas para los sacramentos“.
Los días de los cursos de catequesis son en los meses de octubre a mayo.
Como la Eucaristía es por excelencia el sacramento de la comunidad (comunión significa: común unión), las Primeras Comuniones se realizan los sábados anteriores al Corpus Christi.
Para los niños que no están bautizados se programará un día para celebrar el bautismo todos juntos, antes de recibir la primera comunión.
El día del Corpus Christi, todos los niños y niñas que recibieron la Primera Comunión están invitados especialmente a participar en la Eucaristía vestidos con su traje de comunión.
La Primera Comunión es una buena ocasión para que revisemos nuestro compromiso cristiano.