Bautismo de Jesús
Semana del 12 al 18 de enero de 2025
Domingo del Bautismo del Señor
12 de enero de 2025, Santa Cesárea
SALUDOS CORDIALES
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Paz y bien,
Como colofón de la Navidad, hoy celebramos el Bautismo de Jesús. Habiendo vivido este tiempo desde el auténtico sentido cristiano de la encarnación de Dios, comenzamos con fuerza el tiempo ordinario, celebrando una fiesta importante para los Cristianos, el Bautismo de Jesús, rememoramos el sacramento que un día todos recibimos. Recordamos el lema que el Papa Francisco nos invita a vivir en este año jubilar “PEREGRINOS DE ESPERANZA” y con alegría seguimos en camino para ganar el jubileo. Que Dios nos dé fe con la que afianzar el sentido de nuestra vida y que nos ayude en este año recién estrenado.
Feliz domingo y que Dios os bendiga. |
LITURGIA DE LA PALABRA
- PRIMERA LECTURA – Mirad a mi siervo, en quien me complazco.
Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7.
Esto dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no lo apagará.
Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan las tinieblas». Palabra de Dios.
- SALMO RESPONSORIAL – Sal 28, 1a y 2.3ac-4.3b y 9b-10
- El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.
La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R.
El Dios de la gloria ha tronado. En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del diluvio, el Señor se sienta como rey eterno. R.
- SEGUNDA LECTURA – Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo.
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10,34-38.
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Ahora comprendo con toda la verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él». Palabra de Dios.
- EVANGELIO – Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3, 15-16. 21-22.
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO PASTORAL
Bautismo y vida
El Bautismo de Jesús que celebramos hoy no está vinculado litúrgicamente con nuestro bautismo. Nacer de nuevo del agua y del Espíritu nos incorpora a Cristo resucitado, nos hace nacer a la vida eterna; es cierto que, desde esta vinculación con el Resucitado, entramos en comunión también con todos los misterios de su vida, desde la encarnación a la vida pública, pasando por su vida oculta y por su bautismo.
El Bautismo de Jesús hace referencia a las promesas de unción que las Escrituras reflejaban: Jesús es el Mesías prometido, ha sido ungido como Siervo de Dios y como Rey en el río Jordán. Su Bautismo significa también el comienzo de su vida pública, el paso de Nazaret al lago, de la vida oculta a la misión.
Creo que es pertinente una reflexión sobre nuestro propio bautismo cuando celebramos el domingo del Bautismo de Jesús. Creo interesante insistir en una dimensión muy general y sencilla: todo lo que Jesús vive y realiza en su vida pública, hasta llegar a entregar su vida, está anunciado e iniciado en el río Jordán, en la recepción del Espíritu y la escucha filial del Padre; el bautismo configuró la vida de Jesús por completo, la convirtió en misión de parte de Dios y en entrega para nuestra salvación.
¿Sucede así con nuestro bautismo? ¿Hasta qué punto configura el bautismo la vida de los bautizados? ¿No se celebra, a veces, como un hecho aislado, al inicio de la vida, que luego tiene muy poca influencia en nuestro estilo de vivir y de sufrir?.
Creo que no es muy errado decir que la vida de la mayoría de los cristianos no se configura como misión, ni tiene el carácter de camino filial y espiritual. En el bautismo nacemos de nuevo como hijos de Dios, pero no sé si vivimos como hijos; en el bautismo somos ungidos por el mismo Espíritu de Dios, pero nuestra vida dista mucho de ser una vida espiritual y dócil a la voluntad de Dios.
El bautismo no es el final de un camino, ni el premio a los creyentes más esforzados: es un comienzo lleno de gracia, es una puerta grande abierta para todos, pero que tenemos que tomarnos en serio. Hay que buscar caminos para que el bautismo configure la vida del creyente, como configuró la vida del Maestro, su misión y su entrega.
Manuel Pérez Tendero – Cautivados por la palabra